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El Tratamiento Psicológico de la Depresión ¿Prozac o Platón?

La depresión es un trastorno del estado de ánimo.

El estado de ánimo

El estado de ánimo de una persona se puede representar en un continuo, en el que en un extremo estaría la tristeza y en el extremo opuesto la alegría. El estado de ánimo de las personas cambia por días o incluso a lo largo del mismo día. Así, cuando nuestro estado de ánimo se sitúa dentro de la normalidad, lo podríamos representar en el continuo entre las puntuaciones 40 y 60. Pero, a veces, nuestro estado de ánimo puede bajar a puntuaciones cercanas a 0, sea durante un tiempo de horas o, incluso durante uno o varios días. Estos cambios del estado de ánimo se consideran dentro de la normalidad porque dependen de las circunstancias de nuestra vida, de los acontecimientos a los que nos vamos enfrentando, o, con mayor precisión, nuestro estado de ánimo dependerá de cómo interpretemos esos acontecimientos.

¿Qué es la depresión?

Hablamos de depresión cuando el estado de ánimo es muy bajo, durante al menos 2 semanas. Este estado de ánimo bajo es tan intenso que llega a afectar a la persona (malestar clínicamente significativo) y/o a las áreas importantes de su vida: estudios o trabajo, pareja, familia, relaciones sociales e, incluso, a las actividades propias de su vida cotidiana.

La depresión se acompaña de 5 o más síntomas de una lista de 9. Estos síntomas representan un cambio significativo respecto a la actividad previa de la persona. Uno de los síntomas debe ser estado de ánimo depresivo o  perdida de interés (apatía) o de la capacidad para el placer (anhedonia).

  1. Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día según lo que indica el propio sujeto o por la observación de otros. En niños y adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable.
  2. Disminución acusada del interés o placer en todas o casi todas las actividades, la mayor parte del día, casi cada día.
  3. Pérdida importante de peso o aumento del mismo, o perdida o aumento del apetito casi cada día.
  4. Insomnio o hipersomnia.
  5. Agitación o enlentecimiento psicomotor.
  6. Fatiga o perdida de energía.
  7. Sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados casi cada día, no los simples autorreproches o culpabilidad por el hecho de estar enfermo.
  8. Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión.
  9. Pensamientos recurrentes de muerte (no solo temor a la muerte), ideas sobre el suicidio recurrentes sin un plan específico o una tentativa de suicidio o un plan específico para suicidarse.

Algunos Modelos Explicativos de la Depresión

Desde el Modelo Cognitivo de la depresión (A.T. Beck), son nuestros pensamientos los que determinan cómo nos sentimos (emociones) y cómo actuamos (conducta).

La persona depresiva tendrá una visión muy negativa de sí misma, del mundo que la rodea y del futuro (lo que se conoce como Tríada Cognitiva).

Se ha observado que las personas con depresión tienen niveles bajos de algunos neurotransmisores. Los neurotransmisores son sustancias a través de las cuales se produce la comunicación entre neuronas o vías neuronales en nuestro cerebro. Los neurotransmisores que más se han relacionado con la depresión son (por este orden): serotonina, noradrenalina y dopamina.

Aunque existe una correlación entre depresión y niveles bajos de neurotransmisores esto no quiere decir que la causa de la depresión sea una reducción en los niveles de determinados neurotransmisores.

La causa o causas de la depresión se desconocen en la actualidad. Existen modelos explicativos, unos procedentes de la psicología y otros de las neurociencias, pero no existe ningún modelo que explique totalmente por qué una persona se deprime.

Tratamientos de la Depresión

Respecto al tratamiento de la depresión, los estudios mediante metaanálisis sobre la eficacia de los tratamientos psicológicos indican que los tratamientos derivados del Modelo Conductual son más eficaces en comparación con terapias derivadas de los modelos: Psicoanalítico, Transaccional, Gestal, Sistémico, etc. (Estudios de Eysenck, años 50).

Más adelante, en los años 60, desde el Modelo Cognitivo Conductual, se desarrolló la Terapia Cognitiva de la Depresión (A.T. Beck) y la Terapia Conductual de Levinsow, que aportaron un protocolo estructurado, de duración limitada (unas 20 semanas) y muy eficaz para el tratamiento de la depresión.

Respecto a la eficacia comparada de la terapia cognitiva de Beck y la terapia farmacológica mediante antidepresivos, A. T. Beck realizó una serie de investigaciones en las que demostró que la terapia cognitiva era más eficaz que la terapia mediante antidepresivos y que la terapia cognitiva sola era igual de eficaz que la terapia cognitiva más la terapia con antidepresivos.

Después de estas investigaciones, el propio Beck concluye que la terapia cognitiva es la terapia de elección en depresiones leves y moderadas y que aunque es también eficaz en depresiones graves, en estas se debería combinar con el tratamiento farmacológico mediante antidepresivos.

Los resultados de estas investigaciones no han sido nunca refutados pero la terapia psicológica sigue siendo una gran desconocida y los antidepresivos son conocidos por todas las personas como la única y mejor opción (supongo que por los intereses económicos de laboratorios farmacológicos y otras empresas del sector y médicos y psiquiatras).

Tratamiento Psicológico de la Depresión desde la Psicología Clínica Aplicada

Dentro del dicho Modelo Cognitivo Conductual, proponemos el siguiente protocolo para el tratamiento de la depresión:

  • Sesiones Informativas/Educativas sobre la depresión: es importante que la persona sepa como se inicia y se mantiene el trastorno. Y que conozca cómo se va a tratar su problema y por qué se utiliza dicha estrategia terapéutica.
  • Programación de actividades: se trabajan una serie de técnicas para incrementar la realización de actividades agradables por parte de la persona, ya que una de las dificultades que tienen las personas con depresión es la falta de motivación y de satisfacción para hacer cosas que les gusten y es importante que la persona recupere dichas actividades agradables. También se ayuda a la persona a recuperar las actividades de la vida cotidiana que hacía antes de la depresión y que ha dejado de hacer. Realizar actividades es la forma más fácil y rápida de mejorar el estado de ánimo.
  • Se debe tratar el insomnio, el riesgo de suicidio y la culpa a través de técnicas orientadas a ello (en el caso en que se presenten estos síntomas).
  • Si es necesario se trabajará con la persona la autoestima y la asertividad. Depende de la evaluación que se realice. Si encontramos déficits en estas variables, habrá que aplicar los módulos de entrenamiento en habilidades sociales/asertividad y autoestima.
  • Terapia cognitiva: sería dedicar unas sesiones a emplear técnicas cognitivas para trabajar los pensamientos negativos propios de la depresión. El programa terapéutico dirigido a modificar los pensamientos negativos, ayudando a la persona a cambiarlos por otros más realistas, racionales y adaptativos, se llama reestructuración cognitiva.
  • Si así se ve necesario, la persona será derivada al psiquiatra, para que valore la pertinencia de iniciar tratamiento farmacológico para combinar con la terapia psicológica.

Lo más importante es saber que existen soluciones para mejorar el estado de ánimo. Si ya lo ha intentado por sí mismo/a sin resultados, acuda a un buen profesional de la Psicología. En Top Psicólogos encontrará profesionales de la psicología de confianza que le ayudarán a mejorar y volver a ser la persona que era.

Antonio Luis Maldonado Cervera. Top Psicólogos Granada


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