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Adicciones

Tratamiento Psicológico de las Adicciones

Según el DSM-IV-TR, la dependencia o adicción, se caracteriza por un patrón desadaptativo de consumo de la sustancia que conlleva un deterioro o malestar clínicamente significativos. En el DSM-V se incluye una nueva categoría para recoger “adicciones conductuales” donde se incluye el juego patológico.

En la adicción se desarrolla una búsqueda patológica de la recompensa y/o alivio a través del uso de una sustancia u otras conductas. Esto implica una incapacidad de controlar la conducta, dificultad para la abstinencia permanente, deseo imperioso de consumo, disminución del reconocimineto de los problemas significativos causados por la propia conducta y en las relaciones interpersonales, así como una respuesta emocional disfuncional.

Debemos distinguir entre la dependencia patológica (se caracteriza por diferentes mecanismos: tolerancia, abstinencia y deseo) y la dependencia de sustancias. En lo que respecta a la nosografía, el fenómeno del doble diagnóstico (comorbilidad) o doble trastorno (la conocida como “patología dual”), apoya  la coexistencia de trastornos psicopatológicos, además de la adicción a la sustancia, en un mismo individuo. Existe una asociación importante entre las adicciones y otros trastornos psiquiátricos como: depresión, trastornos de ansiedad, problemas de pareja, trastornos psicóticos y distintos trastornos de la personalidad.

Los trastornos de la conducta demuestran ser  predictores del subsiguiente trastorno antisocial de la personalidad y el abuso de sustancias.

Por otro lado, también se ha encontrado una fuerte relación entre el Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y las adicciones. Los datos epidemiológicos han encontrado que entre el 40-70%     de las personas con adicción cumplen criterios diagnósticos de TDAH.

La vulnerabilidad, desde el punto de vista de los mecanismos metabólicos, da testimonio de que las modificaciones del hipocampo y la amígdala, el sistema mesolímbico, por lo tanto, están relacionadas con la manifestación del trastorno. También la serotonina y el sistema noradrenérgico, después de mutaciones genéticas, son responsables de la dependencia de sustancias. Las características temperamentales de los niños, como la agresión, son indicios del aumento futuro del trastorno, especialmente después de los intentos de buscar emociones fuertes, desafíos y condiciones extremas. Los factores biológicos e individuales son los factores de riesgo en el desarrollo de enfermedades adictivas.

Principales sustancias de abuso

Antes de hablar de cuáles son las drogas de abuso que se suelen utilizar, sería importante hacer referencia a la definición propuesta por la Organización Mundial de la Salud (OMS, 1982) que es: “Aquella sustancia de uso no médico con efectos psicoactivos (capaz de producir cambios en la percepción, el estado de ánimo, la conciencia y el comportamiento) y susceptible de ser autoadministrada”.

Según la misma Organización se pueden clasificar estas sustancias en diferentes grupos:
1 – Opiáceos: Opio y derivados naturales, sintéticos y semisintéticos (heroína, metadona, morfina, etc).
2 – Psicodepresores: Benzodiacepinas, barbitúricos y similares.
3 – Alcohol etílico.
4 – Psicoestimulantes mayores: Anfetaminas y derivados, cocaina y derivados, etc.
5 – Alucinógenos: LSD, mescalina, psilocibina y otros.
6 – Cannabis y sus derivados: hachis, marihuana, etc.
7 – Sustancias volátiles: Solventes volátiles como acetona, gasolina, óxido nitroso, etc.
8 – Psicoestimulantes menores: Cafeína, tabaco, colas, etc.
9 – Drogas de diseño.

La diferentes modalidades de consumo de una droga de abuso se pueden clasificar de la siguiente manera:
Uso: representa el consumo o gasto de una sustancia.
Hábito:
cuando se consume la sustancia por sus efectos, manifestándose el deseo de consumir, pero manteniendo la dosis. El hábito no supone una necesidad imperiosa de consumir.
Abuso:
con este término no se describe obligatoriamente la presencia de una dependencia. Lo que indica es el consumo de una sustancia que se desvía del uso normal que existe en una cultura especifica.
Drogodependencia:
en 1964 la OMS ha definido la drogodependencia como un “estado de intoxicación periódica o crónica producida por el consumo repetido de una droga natural o sintética y caracterizado por: a) costante necesidad de tomar y obtener la droga por cualquier medio, b) hábito de aumentar la dosis,             c) dependencia físico-psíquica que provoca un síndrome de abstinencia en el momento que no se consume la droga, d) efectos nocivos para la persona y su entorno social.

Tratamiento de las adicciones a sustancias

Es esencial desde el principio abordar el tema de la desintoxicación. Evaluar qué recursos personales tiene el sujeto, si se ha desintoxicado en otras ocasiones y cómo. Miedos irracionales que pueda tener sobre el síndrome de abstinencia, circunstancias o personas que puedan ayudar o perjudicar durante la desintoxicación. Se establece qué pautas de consumo tiene (sustancias consumidas, horas y lugares de consumo, posibles estímulos relacionados son el consumo, etc.).

Finalmente se plantean las posibilidades terapéuticas disponibles: tratamiento clínico ambulatorio con o sin medicación, unidades de día, ingreso en Centro Residencial, etc.

En Top-Psicólogos disponemos de profesionales especializados en el tratamiento de las adicciones. En la mayoría de las ocasiones, se podrá realizar una intervención Clínica-Ambulatoria, es decir, acudiendo a sesiones en el despacho de uno de nuestros psicólogos.

En los casos que, por la gravedad  de la adicción, sea necesario el ingreso, contamos con la colaboración de Clínica Alborán, en La Zubia (Granada).

 

Caso ficticio:

Eduardo, de 33 años, es camarero aunque lleva seis años en paro. Presenta una dependencia grave de cannabis, diagnóstico principal del caso. Fuma 20 porros al día desde los 17 años. Su vida cotidiana transcurre en casa, sin hacer nada.  Pisa la calle solo para conseguir el dinero que necesita.

Además, padece insomnio, ansiedad, depresión y apatía (“síndrome amotivacional”) inducidos por el cannabis. Cuando interrumpe el consumo, presenta un intenso malestar y  deseo de consumir, describiéndolo como insoportable.

Debido a la gravedad de su situación, se recomienda el tratamiento en Centro Residencial. Allí deberá recibir atención sanitaria y psicológica (terapia de grupo, psicoeducación, entrevistas individuales; perspectiva a largo plazo), y se debe ser cuidadoso tanto en la coordinación presencial y telefónica con familiares y profesionales concernidos.

 

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